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Mostrando entradas de marzo, 2013

Cómo ser feliz para estar feliz y viceversa

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Piensa en algo que te haga feliz. Seguro que lo hay. Busca esa imagen en tu cabeza que al verla, hace que el corazón te empiece a latir más deprisa. Esa imagen que te inunda el pecho de alegría como burbujitas, te baja hasta el estómago, despierta las mariposas y con la que no puedes evitar sonreír. Puede ser el recuerdo de aquel beso, el olor a café, el sonido del mar, o la primera vez que sostuviste a tu bebé al nacer. Siente esa felicidad y retenla en tu cabeza. Imagínate que es una pelota que puedes sostener. Aprende ese sentimiento igual que has aprendido a hablar o caminar. Memorízalo porque lo vas a necesitar después. Ahora piensa en algo que te entristezca. Seguro que encuentras algo enseguida. Es mucho más fácil. Busca esa imagen que te hace un nudo en la garganta, te curva la boca hacia abajo, y consigue que te empiece a doler la frente hasta que la única salida sea dejar escapar tus lágrimas. El paro, los desahucios, el hambre, la corrupción, el cáncer de tu padre, las deu

La cuchara y el tenedor

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Cuando mi hijo mayor tenía 9 años, me explicaba con cierta tristeza: -Mama, yo no soy bueno en los deportes y mi hermano..... bueno, es que le gustan todos y no se cansa. -Pero, (le dije yo), a tí se te dan muy bien los ordenadores. Cada persona tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Para que lo entiendas, te voy a hacer una pregunta. ¿Qué es mejor un tenedor o una cuchara? Se me quedó mirando sin saber que contestar. Y continué. -Si te pones a comer sopa y eliges un tenedor, ¿qué pasará? -No se puede - dijo él -Entonces, ¿quiere decir que el tenedor es un cubierto malo? Se encogió de hombros. Y seguí diciéndole: -Pues no. Y si te pongo patatas fritas y tienes una cuchara? -Con la cuchara no se puede pinchar las patatas.... -¿Entiendes entonces lo que quiero decir? Igual que cada utensilio sirve para unas cosas mejor que para otras, cada persona tiene mayor capacidad para unas actividades que para otras. Pero eso no quiere decir que sea mejor o peor. Lo importante

Chocolate en mi mesita de noche

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Eran las doce de la noche cuando salía de la oficina. Estaba exhausta después de 16 horas de trabajo; pero satisfecha por haber terminado todas mis tareas. Por fin en casa. Mi chocolate estaba allí. Al lado de mi almohada. En mi mesita. Me lo tomé. Dulce como siempre, caliente, con trazas amargas, que se funden con el resto de sabores en mi paladar. Sorbo a sorbo, el día va desapareciendo. Con el último, todo vuelve a comenzar. Y me dormí... Cuando a las 8 de la mañana entraba por la puerta, no me extrañó ver a nadie en la oficina. Estaban todos de fiesta. Me senté en mi silla, delante del ordenador y abrí el correo. 135 e-mails sin leer. ¿Por qué me habia dejado el iPhone ayer aquí? A las 9 ya estaba. 35 eran spam. 53 de los japoneses. 10 chistes y cadenas de mis compañeros, 15 de mi jefe, 1 de mi madre y el resto, los dejé para después. Suena el teléfono. Es mi cliente preferido. Me avisa de que me espera en la sala 2. Voy a atenderle. Después de la reunión, me voy a almacén.

La fiebre

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-Tiene 37,5 y no le baja la fiebre. ¿que hacemos? -Vamos de urgencias Era nuestro primer bebé. Tenía 7 meses. Eran las 9 de la noche y nos fuimos al hospital. Yo no soy pediatra, ni quiero hacer una guía de diagnósticos de enfermedades infantiles. La experiencia  de 10 años y 3 hijos, me ha dado la capacidad de tomar mejores decisiones. La fiebre no es una enfermedad. Es sólo el indicador de que algo está pasando. Cuando el niño o la niña no juega, tiene los ojos adormilados se queja más de lo normal (vamos!, que no es él o ella), hay que buscar el termómetro, pero no hay que asustarse. Empieza la ETAPA DE OBSERVACION Y CONTROL. Hasta que no tiene 38 ºC no es necesario que tome ningún medicamento. La naturaleza tiene sus propios mecanismos de defensa. Dejemos actuar al sistema inmunológico. Si la fiebre sube más de 38 ºC, el niño o niña, empezará a encontrarse verdaderamente mal. Ibuprofeno (normalmente, nos recetan Dalsy, pero hay otras marcas genéricas, más económicas,

El "cardo"

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Cada semana mi madre me decía:  -Llévate "cardo", hija. -Sí mama. Dámelo que el caldo casero que uso yo, es de bote. Está bueno, pero el tuyo es mucho mejor. Y además yo no tengo tiempo. Con los dos niños, el trabajo, la casa.... Gracias mama. Mentira!! En realidad es que no me salía bien. Y te prometo que lo intentaba y lo volvía a intentar. Pero no era caldo casero. Era agua salada.... Me miraba el bote, y le echaba lo que ponía pero no. No, no. Los niños decían: -Mama, esta sopita.... no es como la de siempre. Como la de bote, querían decir. Cuando comían la de su yaya, el comentario era: -Mama, esta sopa es de la yaya, ¿verdad? -Sí, cariño. ¿A que está buena? Y seguí comprando caldo casero de Tetra Brik. Y pasando por casa de la yaya a recoger el que me guardaba congelado. Uno de los días que fui al supermercado a comprar, entre otras cosas, caldo, había una oferta: 50% adicional en cada envase. Qué bien! Así me cundirá más. 1,5 litros al prec