Cómo ser feliz para estar feliz y viceversa

Piensa en algo que te haga feliz. Seguro que lo hay. Busca esa imagen en tu cabeza que al verla, hace que el corazón te empiece a latir más deprisa. Esa imagen que te inunda el pecho de alegría como burbujitas, te baja hasta el estómago, despierta las mariposas y con la que no puedes evitar sonreír. Puede ser el recuerdo de aquel beso, el olor a café, el sonido del mar, o la primera vez que sostuviste a tu bebé al nacer. Siente esa felicidad y retenla en tu cabeza. Imagínate que es una pelota que puedes sostener. Aprende ese sentimiento igual que has aprendido a hablar o caminar. Memorízalo porque lo vas a necesitar después.

Ahora piensa en algo que te entristezca. Seguro que encuentras algo enseguida. Es mucho más fácil. Busca esa imagen que te hace un nudo en la garganta, te curva la boca hacia abajo, y consigue que te empiece a doler la frente hasta que la única salida sea dejar escapar tus lágrimas. El paro, los desahucios, el hambre, la corrupción, el cáncer de tu padre, las deudas, ...

¿La has encontrado? Llora, llora si lo necesitas...


Y ahora recuerda el sentimiento del principio. Tráelo a tu mente. Ponlo en el centro de tu cerebro y deja que se expanda como si fuera espuma. Inunda con él toda tu cabeza y permite que ahogue los malos sentimientos, las imágenes tristes, los feos recuerdos. Ese sentimiento feliz, matará todo lo malo y ahora vuelves a sentir la alegría en tu interior. El corazón salta y sientes como una energia positiva te recorre el cuerpo desde la cabeza a las pantorrillas.

¿A que te sientes mejor?

En ningún caso, la intención de este ejercicio es negar la realidad. El paro seguirá existiendo, y las deudas las tienes que pagar. Pero lo que si es cierto, es que si sientes la energía y la retienes en ti, tendrás la fuerza suficiente para vencer la dificultad. Y el tiempo, conseguirá que la alegría que ahora consigues de forma artificial, se convierta en un hábito, y con ello, todo lo demás se coloca en su sitio.

Utiliza este ejercicio cada día. Yo lo he probado y funciona. Si eres feliz, estarás feliz, y si estás feliz, serás feliz.

No es fácil, pero si tu corazón está en forma, tu cerebro le seguirá.









Gracias K, por hacérmelo comprender.


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